Soy un espejo de ti... y tú, una broma del destino.
Un fantasma perene y fastidiante. Sos el alma en pena, y el gesto del silencio. Sos lo que me acongoja y habla a media noche, preguntando dónde os dejé. Gimes el porqué de mi renuencia a creer que no eres mas que la sombra de la realidad hecha eco en un cuarto oscuro y sin sentido. Una realidad obtusa, fatua, sin gestos, sin nombre propio. Sos lo intruso en mi baúl, el punto y espera del ensayo de mi vida.
Reflexión.
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